Las desigualdades, los conflictos, la violencia contra las MUJERES, el desplazamiento y la pobreza provocada por el cambio climático, así como las repercusiones de la pandemia están agravando los obstáculos que impiden la participación de las mujeres, especialmente las que se topan con múltiples formas de discriminación y las jóvenes. Salma Khalil es una artista y escritora chadiana comprometida con la igualdad y el desarrollo de las mujeres y niñas.
Para ella fue difícil salir adelante pero, gracias a su determinación, a sus estudios y al apoyo de su familia ha conseguido una participación plena en la sociedad y dedicarse a lo que más le apasiona: ayudar con su arte a otras mujeres y niñas. Salma colabora con nuestro programa
La LUZ de las NIÑAS ayudando a las niñas refugiadas víctimas de la violencia a fortalecer su capacidad de expresión, decisión y empoderamiento.
Judith es chadiana y fue la única mujer de su comunidad que pudo acceder a secundaria. Gracias a ello ha podido elegir en su vida. Varias veces al año, imparte junto a Entreculturas talleres a madres y jóvenes venidas de diversos lugares de la región de Guéra (al sur de Chad), sobre la importancia de la educación de las niñas y de las mujeres y sobre tradiciones culturales fuertemente arraigadas, como el matrimonio precoz o la mutilación genital femenina. Una práctica que afecta al 90% de las mujeres en la región y a más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo y que la COVID-19 amenaza con incrementar.
Según la UNESCO, se estima que, debido a la pandemia, 11 millones de niñas están en riesgo de no volver al colegio. Es posible que se retroceda 20 años en los avances logrados en pos de la educación de las niñas.
República Dominicana tiene los niveles más altos de matrimonio infantil de la región, con un 36% de niñas y adolescentes casadas o en unión temprana antes de los 18 años. Como consecuencia de la crisis de COVID-19 se están agravando las desigualdades existentes.
Yenny Tejeda trabaja en un centro de Fe y Alegría que apoyamos en República Dominicana. Trabaja duro para que su hija tenga la mejor educación posible, está convencida de que la formación es lo único que le abrirá oportunidades de futuro y la protegerá de situaciones como embarazos precoces, muy frecuentes en su entorno. Robersi, su hija, continúa estudiando para lograr llegar a la universidad.
Cristina es jefa de taller de Ellas lo Bordan, una empresa de inserción social ubicada en Madrid. Su objetivo es dar oportunidades laborales y empoderar a mujeres en situación de vulnerabilidad como la migración, la violencia de género o el cuidado de hijos en solitario.
Para Dina, trabajadora del taller, este trabajo ha sido clave en su vida: “Cuando eres madre, soltera, super joven, sin experiencia… y aparece este trabajo, que apostó por mí en esas condiciones, fue un verdadero cambio en mi vida”.
Desde Entreculturas colaboramos con Ellas lo Bordan a través de la elaboración de distintos materiales, como mascarillas y bolsas, que puedes encontrar en regala.entreculturas.org. Queremos impulsar, en todas nuestras actuaciones y proyectos, el desarrollo de las mujeres y la promoción de la igualdad.
Manuela, Sebastiana y María son tres mujeres emprendedoras socias de Xapontic, una empresa de economía social y solidaria con la que trabajamos en Chiapas, México. Elaboran y venden jabones artesanales contribuyendo así al desarrollo de su familia, su comunidad y su país.
Como ellas, son muchas las mujeres a las que acompañamos para que se formen y emprendan sus propios negocios a través de los programas de formación técnica que llevamos a cabo con Fe y Alegría y JRS en países como Bolivia, Ecuador, Perú, Chad, Uganda o Sudáfrica.
243 millones de mujeres y niñas de entre 15 y 49 años han sufrido violencia sexual o física en el último año. Desde que comenzó la pandemia de COVID-19 se ha intensificado la violencia contra las mujeres y las niñas, y en particular la violencia doméstica.
Vicky de León es colombiana y es acompañante del proyecto cultura de paz con enfoque de género que implementamos junto a Fe y Alegría en 6 centros del país.
Dedica su día a día a luchar por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Trabaja para que otras mujeres, profesionales de la educación, se empoderen y reconozcan su importancia dentro de la sociedad, aspecto clave para la generación de una sociedad más justa y equitativa desde la infancia.
El cambio climático y los conflictos afectan en mayor proporción a las mujeres. Las mujeres empobrecidas de las zonas rurales que dependen de los recursos de uso común resultan especialmente afectadas cuando éstos se agotan. Además, es 14 veces más probable que las mujeres y las niñas fallezcan durante un desastre natural que los hombres.
En América Latina y Caribe existen más de 23 millones de mujeres indígenas que, además de la desigualdad que viven por ser indígenas, sufren en mayor medida abandono escolar, explotación laboral, desplazamiento forzoso o criminalización. Anitalia Pijachi es lideresa del pueblo indígena Okaina, en Colombia. Lucha cada día para defender los derechos de su pueblo, su tierra y su libertad.
La pandemia de COVID-19 plantea riesgos devastadores para las mujeres y las niñas en contextos frágiles y afectados por conflictos. La suspensión de programas críticos de salud, acción humanitaria y desarrollo pueden tener consecuencias severas sobre sus vidas. En contextos de conflicto y desplazamiento, las mujeres sufren, además, discriminación de género y la amenaza de sufrir abusos sexuales o maltrato físico o psicológico. Ni siquiera su estancia en los campos de refugiados las protege de la violencia ni garantiza el reconocimiento de sus derechos.
Pero la capacidad para salir adelante de las mujeres es uno de sus signos distintivos. Yrian es un ejemplo de ello. Tuvo que huir de Venezuela porque la situación era tan difícil que no tenía nada con lo que alimentar a su familia. Dejó a sus 5 hijos y salió en busca de una vida mejor en Brasil que le permitiera darles un futuro. A pesar de la dureza de lo que ha vivido, no se rinde y, con el apoyo del centro de acogida Casa Dom Luciano de Fe y Alegría Brasil lucha para encontrar trabajo y poder traer a sus hijos a Sao Paulo.
MUJERES como Nur en Chad, o Divine en la República Democrática del Congo, apuestan por su formación y, gracias a nuestro socio local, el Servicio Jesuita a Refugiados, pueden cambiar su realidad y la de otras mujeres y niñas de sus comunidades.
Irene es parte de la Red Solidaria de Jóvenes de Entreculturas desde hace 4 años porque quiere cambiar las realidades injustas que ve a su alrededor y está convencida de que ella es clave en esta transformación.
Mª José es profesora y acompaña a un grupo de jóvenes de la Red Solidaria porque cree que son el motor de cambio de esta sociedad. A través de la red, definen su agenda solidaria, priorizan las temáticas que quieren tratar e inciden en la sociedad donde viven, en sus Ayuntamientos y las asociaciones locales, para generar un entorno más justo e igualitario.
La labor educativa que realizamos en ciudadanía global incluye la coeducación y la temática de género, impulsando proyectos de participación juvenil que conectan a grupos de jóvenes de todo el mundo para trabajar sobre su papel en la consolidación de sociedades más justas e igualitarias.
Ángela, decidió compartir un año de su vida en Guatemala como voluntaria VOLPA, en un pequeño poblado llamado Santa María Chiquimula, apoyando en un proyecto de salud para la comunidad, que es mayoritariamente indígena y está empobrecida y marginada socialmente por baja alfabetización.
El programa VOLPA que promovemos desde Entreculturas, quiere generar la transformación de actitudes sociales y culturales que perpetúan las desigualdades humanas a través de la participación solidaria a través del voluntariado.
En Entreculturas apostamos por el desarrollo de las MUJERES promoviendo su acceso a una educación de calidad; facilitando su formación profesional para que opten a un trabajo digno; fomentando su participación la toma de decisiones comunitarias; defendiendo su derecho a la tierra; trabajando en la prevención y atención de NIÑAS y MUJERES víctimas de violencia y de desplazamiento forzoso; y promocionando una ciudadanía global que fomente la igualdad de oportunidades entre hombres y MUJERES.